Las personas
productivas tienen una forma de actuar que permite multiplicar el tiempo y
hacer las cosas con mayor calidad. Si quieres mejorar tu productividad, apunta
estos 4 consejos básicos.
¿Te gustaría mejorar tu productividad? Pues estás de suerte, porque te traemos consejos para aumentar la productividad. Son 4 sencillos cambios en tu comportamiento que te ayudarán a trabajar o estudiar mejor. Parecerá que estás multiplicando tu tiempo, pero en realidad simplemente estarás aprovechando mejor el poco tiempo que tienes.
Lo primero que debes tener en cuenta es que para aumentar tu productividad no tienes que mejorar las acciones en sí, sino la forma en la que te enfrentas a ellas. Es lo que ponen en práctica los HIPO, High Potential Employees (empleados de alto potencial). Son las personas que destacan siempre en clase o en las empresas. Y las que suelen llegar más lejos. Así es como se comportan:
1. Analiza la situación
A veces estamos hasta arriba de trabajo. Cuando queda poco para un examen, por ejemplo, se nos viene el mundo encima: hay mucho que estudiar y poco tiempo para hacerlo.
Si dedicas un rato a pensar qué temas son los verdaderamente importantes, podrás centrarte en ellos y tendrás más probabilidades de aprobar. No dudes en dejar a un lado lo que solo va a robarte tiempo sin aportar nada.
2. Tus tareas son
acuerdos
Si añades en tu agenda tareas como obligaciones, es probable que las más tediosas termines por no hacerlas. A los humanos no nos gustan mucho las obligaciones. Por ello, debes verlas como acuerdos: cada tarea a realizar es un acuerdo que firmas contigo, y por tanto tienes que cumplirlo en tiempo y forma.
Un pequeño hack mental que te ayudará a sacar fuerzas de debajo de las piedras con tal de quedar bien contigo mismo. Si aun así te cuesta, renegocia el acuerdo con mejores condiciones para ti: date una semana más de plazo, propón una recompensa para cuando hayas terminado, etc.
3. Disfruta del proceso
A veces, nos centramos demasiado en el resultado, lo que nos causa estrés por la presión que tenemos de hacerlo bien y rápido. Centrarse en el resultado impide saborear el proceso, y es en ese proceso donde podemos encontrar una recompensa instantánea al duro trabajo que realizamos.
Por ello, enfoca tu mente en hacer bien cada paso de una tarea. Busca que tenga calidad, que te haga crecer como persona y como profesional, que te ayude a superar tus límites… Ya verás cómo disfrutando del proceso vendrá un buen resultado… ¡que te hará disfrutar aún más!
4. Di ‘no’ a la urgencia y ‘sí’ a la importancia
Muchas veces damos prioridad a la urgencia de las tareas a realizar, en lugar de a su importancia. Lo que pasa es que lo urgente no siempre es lo importante. Debes saber ver con frialdad qué es realmente importante, y ponerte de inmediato con ello. Lo primero y prioritario. Puede que sea lo más tedioso, pero quien tiene que evaluar tu trabajo sabrá darse cuenta de ello cuando lo hayas hecho bien.
Por ello, olvida las distracciones con falsas urgencias y ve al grano. Perder el tiempo contestando correos absurdos o realizando tareas que no aportan nada, aunque sean necesarias, lo único que te traerá es mayor presión a largo plazo, cuando se esté acabando el tiempo para terminar lo realmente importante… ¡Ánimo!