En el actual panorama de los videojuegos es normal encontrarse numerosos títulos que son reinvenciones de entregas pasadas, de obras que salieron para una determinada plataforma y que se han vuelto a hacer desde cero con las nuevas tecnologías del momento. Así hablamos de los remakes, videojuegos que no son del todo innovadores en su campo, pero que guardan propuestas de lo más interesantes si sabemos diferenciarlos bien de las consideradas “remasterizaciones” (popularmente llamados «refritos»).

En un contexto sobresaturado de reciclaje de obras pasadas que tuvieron éxito y que se intentan seguir explotando, encontramos videojuegos que marcan una diferencia importante al generar experiencias mejores de las fuentes originales de las que beben. Este es el caso de Resident Evil 2, videojuego estrenado el pasado 25 de enero, que ha cosechado gran éxito entre las filas de jugadores fans de la franquicia de Capcom.

¿Qué hace de este remake uno de los referentes a tener en cuenta en 2019? Podríamos indagar en múltiples características que se traducen en virtudes a su favor, pero la idea principal que sacamos de la aventura de Leon Kennedy y Claire Redfield es su capacidad opresiva. La opresión en los videojuegos se ha visto muy bien representada en el género del terror y, en específico, en los survival horror. Resident Evil 2 pertenece a ambos mundos y saca mucho partido de ellos. La recreación de un mundo postapocalítpico azotado por muertos vivientes se siente real, orgánico a nuestros ojos. Supera con creces a la obra original de 1998 al saber transmitir una tensión comparable a los mejores referentes de la actualidad. Sin querer desmerecer al videojuego de Playstation 1, que fue uno de los mejores de su plataforma, este remake va un paso más allá gracias a la tecnología actual que permite una recreación más realista de un mundo terrorífico y, por ende, de una experiencia aún más inmersiva y satisfactoria para el jugador común (incluyendo aquellos no seguidores de la franquicia).

Resident Evil 2 supone un buen punto de entrada para aquellos nuevos jugadores que estén interesados en adentrarse en los rincones de Raccon City; alimenta el interés en querer aventurarse en el lore de su saga, al igual que deja expectante a una futura reinvención de la que sería su posterior entrega, Resident Evil 3: Nemesis. Esta es una de las virtudes de un buen remake creado, la capacidad de interesar a nuevos públicos que no tuvieron la ocasión o el mismo interés en darle la oportunidad a un videojuego. Esto lo podemos ver en otros ejemplos tan parecidos, como diferentes entre sí, como Shadow of the Colossus para Playstation 4 (que analizamos detenidamente aquí) o las entregas de Pokémon Omega Rubí y Zafiro Alfa para Nintendo 3DS, entre muchísimos otros.

No debemos menospreciar la atracción de un remake; al fin y al cabo, las audiencias buscan renovaciones constantes (lo hemos visto en el cine y lo vemos, sobre todo, en la televisión). Podemos estar a favor o en contra de esta actitud de la sociedad contemporánea, pero es innegable que el jugador promedio prefiere una propuesta reinventada para su época que una cuyo tiempo la ha hecho envejecer (ya sea para bien o para mal). Somos usuarios de nuestro tiempo aunque a veces digamos que nos interesa más una obra original que su remake (pensamiento creado y defendido por una nostlagia que nos impide avanzar).

La nostalgia también es otro de los puntos de entrada más importantes de un remake. El usuario se siente motivado a querer revivir una experiencia que tuvo en el pasado (desde una que fuese medianamente positiva hasta una totalmente memorable). Incluso puede suponer una segunda oportunidad para jugadores que no les generó una satisfacción a priori, pero esta suelen ser una excepción bastante baja teniendo en cuenta que, ante la sobresaturación de contenidos audiovisuales de los últimos años, cada vez es más difícil dar una oportunidad a obras con las que se tuvo un rechazo inicial teniendo en cuenta que se puede pasar a otra que tenga más probabilidades de sorprendernos.

En Resident Evil 2 Capcom sabe jugar con la nostalgia en todos los sentidos, pero incrementa la experiencia del survival horror con una representación más realista de nuestra necesidad de supervivencia ante unos zombies y armas biológicas que sentimos como auténticas amenazas. La puesta en escena de cada uno de sus escenarios como de sus cinemáticas son un deleite y no entorpecen la experiencia del gameplay.

Su curva de dificultad está genialmente medida, convirtiéndose en uno de los mejores exponentes de su género al irnos presentando retos cada vez mayores conforme avanza su historia. Tendremos que valernos de nuestro mejor ingenio para que la escasa munición que tenemos nos sirva para poder sobrevivir. Porque sí, en Resident Evil 2 cada bala cuenta . A todo esto se le suma la autonomía que se le otorga al jugador con diversos objetos como la pólvora para que este pueda distribuirla y mezclarla como más guste dependiendo de lo que quiera llegar a hacer.

A un remake, por norma general, se le pide una reinvención, una mejora de lo ya visto. Aspecto polémico que generó división en el fandom de Pokémon con las entregas de Lets Go Pikachu y Lets Go Eevee, pero que en Resident Evil 2 se sobrepone a cualquier tipo de división interna al querer eliminar y superar a una cámara fija que restaba ergonomía al jugador.

Actualmente nos encontramos en un contexto social de jugadores en el que cada vez se le otorga más campo a lo fácil, a lo sencillo en términos de dificultad. Argumento que muchos veteranos utilizan para defenestrar la incapacidad o poco talento de algunos jugadores en su habilidad in game. Este fenómeno salpica a Resident Evil 2 en una ligera parte, en su modo asistido. Algo no criticable si tenemos en cuenta sus dos modos de juego añadidos que suponen un auténtico reto incluso para los curtidos en juegos de este estilo y que evidencia que los remakes están orientados a un público cada vez más grande (con todo lo que eso supone).

En términos generales Resident Evil 2 es un remake completísimo, es uno de los mejores juegos del año y revitaliza a la perfección la que fue su entrega original. Eleva los encuentros con enemigos a un nivel muy superior de lo que ya se vio en 1998. Es un punto de encuentro ideal tanto para los veteranos que han seguido y crecido con la franquicia de Capcom, como para los nuevos jugadores que se han interesado en esta propuesta. Demuestra el valor que puede llegar a tener un remake y su capacidad de reavivar al completo una experiencia (e incluso superarla) si se utilizan adecuadamente los medios de la época.