Hay clásicos y clásicos en la historia del cine. Unos son recordados por frases icónicas que terminaron pasando a la posteridad, otros por escenas que encogen siempre el corazón de los espectadores, y algunos simplemente terminaron convirtiéndose en esos referentes que usualmente se recomiendan ver en los debates cinéfilos por sus logros técnicos como narrativos. Dependiendo de cada tema de conversación suelen aparecer unas determinadas películas, pero si hablamos de cintas de animación es imposible no mencionar la que supuso un punto de inflexión en todo su mundo, Toy Story.
Motivo al estreno de la última entrega de esta franquicia, me animé a revisionar la primera película de 1995 tras un año sin haberla visto (todo cinéfilo tiene sus pequeñas manías de volver a ver ciertos largometrajes cada año y Toy Story no es una excepción en mis extravagancias cinéfilas). Tras haberla terminado quise responder a una pregunta a la que voy a intentar responder: ¿Cómo ha envejecido Toy Story?
1995 queda ya lejos. Más de 20 años nos separan de aquella época en la que películas como Braveheart, Seven o incluso Batman Forever poblaban las taquillas de los mejores cines. En el ámbito de las películas animadas Disney reinaba con mano de hierro al estar pasando por la que muchos consideramos su edad pletórica con clásicos como La Bella y la Bestia (1991), Aladdin (1992), El Rey León (1994) y Pocahontas (1995). Cintas icónicas de una década noventera que terminaría siendo aún más reconocible y puntera pues en años siguientes terminaríamos viendo El Jorobado de Notre Dame, Hércules, Mulán y Tarzán (que fueron las referencias de niños y de «no tan niños» que siguen cantando sus inmortales canciones).
En un contexto dominado por la invencible Disney, apareció una innovadora Pixar y, anécdotas aparte, propuso una historia que revolucionaría el sector del audiovisual tanto por su innovación creativa como por su adelantamiento técnico. Toy Story se presentaba como un producto visionario, vanguardista, que daba un golpe sobre la mesa al presentar otra manera de contar historias.
Centrémonos en su núcleo narrativo: una historia de juguetes contada a través de sus ojos. Alocada idea, ¿verdad? A día de hoy es difícil encontrar en Hollywood apuestas tan arriesgadas que las grandes productoras terminen financiando sin reparos. Sin embargo, Toy Story terminó saliendo adelante y no sólo quiso contarnos una historia de juguetes, sino que fue un paso más allá al darnos personajes carismáticos, una narrativa alejada de facilidades y que contaba incluso con una profundidad en todos sus detalles.
Gráficamente Toy Story no ha envejecido tan bien como me gustaría ya que es imposible no compararla con sus entregas posteriores las cuales, poco a poco, fueron dando saltos de calidad cada vez más importantes. Sin embargo, con esta historia conocimos por primera vez a un círculo de juguetes que tenían sus propias reglas de convivencia, sus propias experiencias e incluso sus propios traumas (no olvidemos, por ejemplo, a Rex y su intento de ser lo que su juguete indica: un terrible T-Rex). En susodicho círculo se hace un reflejo de una sociedad organizada. Entre los juguetes hay diálogos propios de nuestro día a día con presentaciones de cara al público, organizaciones sobre determinados eventos, bromas entre individuos, referencias a la cultura popular e incluso sentimientos tan primarios como la envidia y la aceptación de la misma (entre otros tantos detalles). En términos generales Toy Story humaniza de manera perfecta a unos determinados juguetes, pero su planteamiento y construcción de personajes no se queda estancada en dicha base ya que termina desarrollando a un panel de caracteres altamente carismáticos. En otras palabras, si Toy Story simplemente hubiese ofrecido la mirada de unos juguetes vivos sería una buena película, pero no terminaría siendo el clásico que conocemos hoy en día.
Así terminamos conociendo a un conjunto de personajes tan parecidos como diferentes entre sí que terminaron formando parte de las estanterías de muchos niños al tener tantísimo carisma. Entre ellos destacaron dos figuras en concreto: Woody y Buzz. Personajes que, presentaciones aparte, conoceréis de sobra si se tiene un mínimo de conocimiento de la historia de Pixar. Son personajes que en la actualidad tenemos normalizados a más no poder, pero que en esta cinta se tuvo el arduo trabajo ya no sólo de introducirlos, sino de darles una profundidad psicológica sin parangón.
Con Woody empezamos viendo a un personaje que es líder de un grupo, que se preocupa por el mismo, y que intenta que todo siga un curso establecido. Vemos en él un conservadurismo claro, pero también una preocupación y un cariño por el círculo en el que se mueve. En primera instancia es un personaje sin matices. Es un auténtico sheriff que cuida del “pueblo”, pero su identidad y su estatus se verá radicalmente cambiado por la llegada de un nuevo juguete que será todo lo que él no es. Con la llegada de Buzz Lightyear en Woody se empieza a representar el principal fuerte de la película: los sentimientos de los juguetes.
Desde Pixar no sólo se quiso contar una historia sobre juguetes, sino que se quiso hacer un gran hincapié en sus emociones, en sus dudas, en sus contradicciones, en sus problemas existenciales e incluso en sus deseos. Con el primer encuentro entre Buzz y Woody vemos un choque de identidades. Uno representa lo clásico, lo realista y lo anclado en lo conocido. Mientras que Buzz es todo lo contrario; se mueve en lo utópico, en el sueño, en lo que piensa que es real aunque no lo termine de ser (además de un choque de géneros más que claro con el western viéndose enfrentado con la ciencia ficción). Así, en ellos dos vemos un choque temático, cultural y conceptual. Es entonces cuando Buzz empieza a ser más relevante que Woody en un entorno en el que él siempre ha sido el primero, en el que ha estado a la cabeza de todos los cambios que se habían producido, y eso le genera uno de los sentimientos más humanos: la envidia.
¿Se podría haber dejado a Woody como un personaje envidioso? Sí, pero entonces no sería el personaje que nos enamoró tanto. La envidia de Woody es tan sólo un matiz más entre otros tantos que explora la película entre sus dos grandes protagonistas. Ahí radica su gran virtud. Con el viaje de Buzz y Woody desde la casa de Andy hasta su llegada a la de Sid ya no sólo se vive una aventura en la que ambos deberán de valerse de sí mismos para, literalmente, sobrevivir; pues en susodicho desarrollo su personalidad se verá explorada y construida de manera muy humana para dejarnos con un sabor de boca perfecto que nos hará recordar por qué Toy Story ofrece una construcción de personajes tan brillante. Con Woody vemos una evolución clara que hace que no nos acordemos exclusivamente de su error con Buzz, ya que finalmente se percata de sus fallos y trata de enmendarlos para terminar generando una de las amistades más emblemáticas que ha tenido el séptimo arte.
Con Buzz pasa prácticamente lo mismo (visto desde fuera, por supuesto). Ya que el camino personal que él recorre es totalmente opuesto al de Woody. Buzz Lightyear vive, como hemos mencionado con anterioridad, en una fantasía, en un mundo de ciencia ficción utópico donde dispara rayos láser y donde es capaz de volar porque “obviamente” no es un juguete…hasta que descubre la verdad. Con la escena de “No hay más estrellas que ver” vemos uno de los momentos más crudos y realistas que ha tenido el cine de animación.
No hablamos de la muerte de un personaje, sino de cómo sentimentalmente uno puede terminar siendo roto por dentro. Sin embargo, en Buzz nace la esperanza y la convicción de que está seguro de quién es y de lo que representa. Tiene una seguridad (propia de su personalidad) que le hace sentirse seguro de sí mismo y de que si alguien ha cometido un error ha sido el anuncio que ha visto y no en lo que él ha creído. Esto se ejemplifica de manera maravillosa en cómo sube la plataforma de la escalera, haciendo una alegoría a la superación personal y viendo al final de la subida una ventana que conecta con el cielo y, por ende, con la libertad. Decide saltar y, contra todo pronóstico de su imaginación, cae. En su rostro ya no sólo vemos un cambio de aspecto radical de cómo se ve algo alcanzable a cómo esto termina siendo no más que una fantasía. Cuando Buzz se rompe contra el suelo, su ruptura ya no sólo es psicológica, sino que también es física al perder una parte de su cuerpo al intentar ser lo que siempre ha creído que era.
Más allá de los problemas existenciales de estos dos personajes, hay una escena en concreto en la que ambos se reparten diálogos de manera sencilla pero que al mismo tiempo recuerda a conversaciones tan importantes que marcan el devenir de una relación como sucedería con La La Land. Esta escena es cuando ambos se encuentran atrapados dentro de la casa de Sid mientras cae la lluvia delante de ellos. Sin esta conversación de pocos minutos de duración, la relación que todos conocemos no hubiese sido la misma y probablemente nunca hubiese existido.
Queda claro que Toy Story no sólo es una película de juguetes y respondiendo a la pregunta del titular del artículo, sí, ha envejecido bien. No tanto por su calidad gráfica, sino por sus motivos narrativos y por la profundidad que guardan tanto sus personajes como sus diálogos. Si con Superman de 1978 creímos que un hombre podía volar, con Toy Story la imaginación de los niños se disparó como nunca antes al contar una historia tan divertida, entrañable, humana y para toda la familia.
HONOR presenta la serie HONOR Magic 3 dispuesta a convertirse en el buque insignia de esta marca china recientemente independizada.
Si hace años los smartphone chinos eran vistos como cutres, malos y muy justitos en cuanto a prestaciones, hoy en día son todo lo contrario. Las marcas chinas se están posicionando como los mayores vendedores de dispositivos del mundo. Y no es para menos. Cada vez presentan mejores teléfonos a unos precios realmente competitivos.
Es el caso de HONOR. La compañía empezó a volar sola, alejada de su hermana Huawei, a finales de 2020 y ahora presenta la serie HONOR Magic3, llamada a convertirse en su gran apuesta.
¿Qué nos ofrece la serie HONOR Magic 3?
Compuesta por el HONOR Magic 3, el HONOR Magic 3 Pro y el HONOR Magic 3 Pro+ nos recuerda a cómo se está comportando Apple en sus últimos lanzamientos: un conjunto de dispositivos que comparten características básicas pero que cada modelo presenta alguna ligera mejora.
La serie HONOR Magic 3 monta un procesador Snapdragon 888 Plus 5G, que mejora el rendimiento de la versión sin 5G en un 20%.
La serie HONOR Magic 3 mejora el funcionamiento del smartphone cuando tenemos varias aplicaciones corriendo a la vez. El objetivo es que sea un dispositivo apto para gaming, por lo que incorpora novedosas tecnologías destinadas a disminuir la temperatura del aparato. Además permite una velocidad de descarga que alcanza los 6,1 Gbps, siendo la mayor velocidad de descarga en comparación con cualquier otro smartphone del mercado.
Los tres modelos cuentan con una gran batería de 4600mAh equipada con HONOR SuperCharge a 66W y carga inalámbrica a 50W. Además, los dos modelos Pro pueden ser utilizados como powerbank, ya que pueden proporcionar batería a otro dispositivo de manera inalámbrica.
La serie HONOR Magic 3 presume de cámara
Si en algo quieren los de HONOR destacar por encima de los demás, es en el aspecto fotográfico.
Los tres dispositivos de la serie HONOR Magic 3 están equipados con varias cámaras, como viene siendo habitual en el sector. El modelo Pro+ cuenta con una cámara monocromática de 64 MP, una panorámica de 50 MP (sensor de 1/1,56 pulgadas que se ve mejorado hasta 1/1,28 pulgadas en la versión Pro+), una ultraancha de 64 MP (13 MP para las versiones estándar y Pro) y 126º y un teleobjetivo de 64 megapíxeles (que no se podrá disfrutar en la versión más básica), con zoom óptico de 3,5 y zoom digital de hasta 100 aumentos. Con semejante equipo, es difícil no tomar unas fotos espectaculares sea cual sea la situación.
La serie HONOR Magic 3 se convertirá en el primer smartphone del mercado IMAX ENHANCED. Cuenta con capacidades de vídeo LUT (Look Up Table) utilizados habitualmente en rodajes cinematográficos, mejorando los colores y seleccionando automáticamente aquel que se adapta mejor al entorno para que no tengas que preocuparte por nada para grabar el mejor vídeo.
Precio y disponibilidad de los HONOR Magic 3
Como ya habrás podido deducir, la serie HONOR Magic 3 no está compuesta por smartphones de gama baja. Ni siquiera de gama media. Son unos gama alta en toda regla y, como tal, tienen el precio que rige el mercado.
El modelo básico parte de 899 euros y estará disponible en colores Golden Hour, Blue Our, blanco y negro. El HONOR Magic 3 Pro, a partir de 1.099 euros, saldrá en colores Golden Hour, blanco y negro. El hermano mayor de la familia, el HONOR Magic 3 Pro+ costará a partir de 1.499 euros y podrás adquirirlo en blanco cerámico y negro cerámico.
En principio estará disponible en China, pero no tardará en comenzar a venderse en otros mercados mundiales.
Ahora que estamos inmersos en la octava y última temporada de la popular serie de HBO, son muchos los test de Juego de tronos que circulan por la red. Pero este es especial.
¿Eres un Jon Nieve o eres una Cersei? ¿A qué casa de Juego de tronos perteneces? Si eres un fan de la serie, seguro que has completado alguno de los test de Juego de Tronos. Lo que no sabes es que la revista TIME está utilizando las respuestas de la gente a un inofensivo test para que unos psicólogos puedan realizar un estudio sobre la conducta humana frente a dilemas morales.
Piensa como lo hacen los personajes
Las reglas son bien sencillas: solo tienes que responder al cuestionario como lo haría cada uno de los personajes. De esta forma, los científicos pueden medir el ego, la autoestima o el liderazgo.
Los rasgos de personalidad se han asignado a cinco de los personajes principales de la popular serie de HBO: Cersei, Daenerys, Arya, Jon Nieve y Tyrion Lannister.
Cersei piensa – y no nos pilla por sorpresa – que todas las personas que la rodean son inferiores a ella. Lo único que le queda es despertar lealtad y admiración por ella.
En el otro extremo de la balanza, Jon Nieve considera que no es relevante a ojos de los demás.
¿Te atreves con el test?
Pinchando aquípuedes descubrir qué personaje casa más con tu personalidad. Al iniciar, se te pedirá si quieres compartir tus respuestas – de manera anónima – con los científicos. Pero no tienes porqué hacerlo y puedes completar el test sin compartir la información.
No es la primera vez que TIME se atreve con estos estudios psicológicos. Ya hizo algo similar con un test dedicado al mago más famoso de la historia: Harry Potter.
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