Este jueves 25 de abril se estrenó en salas españolas Vengadores Endgame, la última pieza del Universo Cinematográfico de Marvel que supone, en palabras de sus directivos, el cierre de la Saga del Infinito (que no de Marvel en sí). Tras 11 años de películas con las que hemos crecido con distintos personajes y aventuras, finalmente podemos decir que sí, Endgame es el cierre que merece esta saga tras el largo recorrido que ha trazado como ninguna otra franquicia ha hecho en toda la historia del cine ¿Es una película perfecta? ¿Sorprenderá a todos los fans? Lo analizamos a continuación:

Aún recuerdo cuando fui en 2008 a ver Iron Man en las salas de cine. Era un crío sin mucha idea de quién era ese tal “Tony Stark” pero sí que me sonaba haberle visto mencionado en algunos cómics de Spider-Man que había leído por aquel entonces. En aquel año, no todas las miradas estaban fijadas en el inicio del que sería el universo más enriquecedor que hemos tenido en todo el séptimo arte, pues la siempre mencionada The Dark Knight llegaba muy fuerte en el terreno de superhéroes (creando un mito que se sigue mencionando y haciendo hincapié a día de hoy). La obra de Nolan opacaba a la cinta de Jon Favreau en aquel entonces, ¿pero y si hubiésemos sabido que 11 años después se cerraría un ciclo que empezó a construirse de una manera tan sencilla? En aquella cinta de orígenes del multimillonario Tony Stark se empezó a forjar una magia, un ciclo que en Endgame se cierra con gran esplendor.

Hablar de esta película sin entrar en el terreno de spoilers es bastante complicado si tenemos en cuenta que cada minuto del largometraje es trascendental en cuanto a información se refiere. Por eso, os dejaremos una reseña bien cubierta de spoilers que podréis ver en este hipervínculo si ya habéis visto la cinta (o si sois de las pocas personas que os da igual saber o no spoilers incluso sin haber visto la película). En cualquier caso, Endgame es una película solvente, autosuficiente en sí misma, y es un regalo para todos los aficionados, ya no sólo de los fans de esta franquicia cinematográfica, sino del mundo de los cómics en general.

No es casualidad que los hermanos Russo hayan dejado esta última piedra angular para el final porque, al igual que decía Tony en los tráilers promocionales del film, “parte del viaje es el final”. Y el viaje que iniciamos en una película o en otra, se concluye aquí. Esta es la meta de tantísimos años de trabajo, de esfuerzo por parte de equipos creativos y técnicos, y de una planificación ejecutiva que terminará siendo estudiada bajo lupa por la imaginación incansable de Kevin Feige.

Mención especial debemos dar a Robert Downey Jr. que, tras tantas películas en las que ha participado, nos regala su mejor versión (una incluso más humanizada que lo visto en Civil War o Infinity War). Los méritos no se los lleva únicamente su personaje, porque nuestro maravilloso Capitán América, con un inmortal Chris Evans, ofrece su papel más estelar visto hasta la fecha. Ambos suponen el punto y aparte de Endgame porque se comen la pantalla con cada una de sus apariciones. Sin embargo, no todo el elenco de personajes llega a tener la misma trascendencia, ni llega a dejar el mismo buen sabor de boca que si que consiguen los protagonistas por antonomasia de este universo; siendo este es uno de los mayores problemas que ha tenido esta película. Como bien sabréis, la trama  principal funciona a través de los Vengadores originales, pero no todos son igual de importantes y alguna subtrama se tira por tierra tras tantos años de trabajo (algo inexplicable y, sobre todo, injustificable).

Los efectos especiales son un auténtico espectáculo. Si ya terminamos siendo impactados de sobremanera con el aspecto de Thanos  en Infinity War o el gran rejuvenecimiento de las últimas películas del estudio (véase Guardianes de la Galaxia Vol. 2), en Endgame todo ello se reúne para ofrecer el mayor espectáculo visual, narrativo y técnico visto en todo el género de ficción.  No es una exageración decir que hay secuencias que superan con mucha diferencia a lo que considerábamos insuperable en el cine de superhéroes.

Los guiños a los cómics siguen siendo una parte muy práctica en su argumento dotándolo de un contenido fanservice que incluso es capaz de moverse por sí mismo teniendo únicamente en cuenta lo construido desde 2008. Es un fiel reflejo de lo que ha sido este universo conforme fue evolucionando. Puede funcionar a través de sus propios easter eggs ajenos a los cómics, pero no por ello los deja de lado. Genera un conglomerado de referencias provinientes tanto de viñetas como de películas (algo que me sigue asombrando a día de hoy).

En términos generales, Endgame es el mayor acontecimiento que ha tenido el cine de ficción hasta la fecha. Sus virtudes la hacen ser una película sobresaliente, épica a más no poder. Sin embargo, sus fallos la convierten en una cinta cercana a ser perfecta, lo suficientemente próxima a la perfección, pero al mismo tiempo alejada de esta por haber caído en errores que no tienen justificación y que empañan una experiencia que, aún siendo fantástica, podría haber sido mejor. Si sois fans de la franquicia no dudéis en que os emocionará, que os hará reír y que os hará llorar. Marvel ha sabido dar ejemplo de cómo se han de hacer las cosas a la hora de construir un discurso bien hilado y sensato que ningún otro estudio ha sabido emular igual de bien. El tiempo dirá si finalmente reviviremos un fenómeno como el que Avengers Endgame ha generado.

Desde mi corazón de fan de los cómics y del universo de superhéroes, ha sido un regalo ir año tras año, y película tras película, viendo cómo todo este universo se ha ido construyendo. Lejos queda aquella época en la que admirar a héroes o heroínas se consideraba algo «raro», algo «friki». Me es sumamente preciado ver cómo una sala plagada de espectadores aplauda con una aparición, que ría con un determinado chiste o que llore desconsoladamente cuando lo más inesperado ocurre.

Sin más, tres mil gracias, Marvel.

Nota final: 9